PUNTO DE VISTA

Siempre es tiempo de volver a empezar.
Aún entre los escombros,
siempre hallaremos algo que se pueda aprovechar.

Al norte, al sur,
oriente, occidente,
al cielo, al mar,
la tierra, el aire,
invoco al universo entero;
puñado de cenizas
es mi alma,
brasas de un corazón
purificado al fuego...
convoco al universo,
chispa de luz divina,
amada, esperada...
consume a profundidad mis cenizas,

Rojo de fuego,
púrpura espiritual
azul de luz
he aprendido,
he traspasado el umbral del dolor,
soy nuevo
renaceré... retoñaré, resurgiré...
volaré

De verdad....
qué puedo decir...
Renuevo mi afecto en la distancia,
y mi aprecio de corazón.

El calor de la palabra amiga,
del mensaje cariñoso
y la frase compañera,
me han acompañado los últimos días.
Leyendo y releyendo,
una y otra vez cada saludo,
puedo sentir sus abrazos,
su apoyo, sus besos.

Gracias,
de corazón.... GRACIAS!

Hace cinco años mi familia pasó por una situación similar con el asesinato del menor de mis hermanos: un sacerdote que se había ordenado en Italia y había regresado a mi país cuatro años atrás. A pesar de la violencia que aquí se vive, Colombia es un país maravilloso, con paisajes, montañas, ríos, fauna, flora, biodiversidad, recursos y muchas otras cosas valiosas.

Claro... debo decirlo!! También hay gente maravillosa en mi país!!!

Tengo
un corazón agitado por estos días,
tengo el amor lastimado;
la melancolía a flor de piel,
y tu ausencia,
un hueco inmenso,
sellado con el nudo en mi garganta.

Tu sonrisa, tu alegría
tu afecto, tu voz de aliento
cosa de ayer se han vuelto.
¿Te podré encontrar?
¿a dónde?
en el pensamiento diario constante,
en el corazón dolido que te extraña.

Prima, niña bonita, Madeleine... quienes tomaron tu vida no pueden imaginar el daño que nos hicieron... Dios los perdone!