PUNTO DE VISTA

Me equivoqué – ¿sabes? – te perdí…
se apagaron tus estrellas,
tu firmamento no tiene ya luz para mis ojos,
lo lamento – ¿sabes? – lamento que me dejes
te perdí y es suficiente,
vuelvo
a mis noches de hastío tras este ordenador,
a mis nocturnas caminatas siderales,
capturando sueños ajenos que no duelan.

Te perdí y es suficiente – ¿sabes? – sin enojo.

Si pudiera dormitar bajo tu sombra
y entregar a tu arrullo
esta piel cansada del día;
si pudieran mis sueños susurrar
bajo el murmullo de tus besos,
esta piel, reseca y dolida
que ahora me acompaña,
rejuvenecería las emociones
de sensualidades pasadas,
que con nostalgia extraña
este corazón vencido.

Respiro, braceo, respiro..
una y otra vez,
floto un poco,
me dejo llevar,
avanzo,
una brazada más,
un resuello,
exhalo un aliento.

A mi espalda... solo el mar,
adelante...  desertico horizonte,
me voltea el oleaje,
me hundo,
sal en mi gargana,
sed, angustia...
resurge lo instintivo,
y ahi voy otra vez...

Respiro, braceo, respiro...
floto un poco,
aún no veo puerto seguro,
el océano ancho y profundo
me traga entre sus fauces.
Un poco más... una brazada más...

 Aún no tengo ganas de volver.
Aún mis días y mis noches están cargados de temor y mi espíritu se mantiene aún sumergido en esta oscuridad, sin lograr ver la luz al final del tunel. El tiempo tiene otra noción ahora, las son segundos que avanzan en pos de los plazos que se deben cumplir, y me roban la posibilidad de disfrutar de las cosas maravillosas que tengo a mi alrededor. Cierro mis ojos y al abrirlos, sin darme cuente, han pasado días, semanas, meses... y yo... solo he corrido con furia y frenesí, procurando arreglar situaciones que no son mías, pero que me competen por ese compromiso moral de familia.

Aún no tengo ganas de volver.
Aún me acuesto cada noche con la esperanza de despertar de esta horrible pesadilla, o bien, con la loca idea de no despertar. Y al abrir los ojos, por mucho que afuera brille el sol, los nubarrones cubren mi cabeza y un chubasco de nuevos pedidos de auxilio, una tormenta de nuevas deudas ajenas enmarañan cada amanecer y ahí vamos de nuevo.

PD.  He leidos sus comentarios y me alegra el espíritu saber que aún tengo un espacio en sus corazones. Espero que pronto cese mi horrible noche.