PUNTO DE VISTA

A veces,
nos vemos forzados a tomar caminos,
que en algún momento,
debimos haber tomado
por nuestra libre decisión.

   Puedo sentirlo, mi niña,
sí, puedo sentirlo.
Tus pensamientos susurran
y mi piel se estremece;
tus palabras suspiran
y mi vida se afecta;
Puedo sentirlo...
el aire trae tu voz
que me toca, me alienta...
¿Cómo podría
ser ajeno a tu sentir,
si en tu abrigo
mi corazón descansa?

Puedo sentirlo...
... estás ahí!

Es tan difícil atrapar tu presencia...

Siempre estás de viaje
sin fatigar el mar;
Siempre tu mirada perdida
localizando melancolías sin fin,
sin horizonte.
Siempre tu silencio...
Siempre tu nostalgia...

¿A dónde vas? ¿Qué buscas?
¿Por qué es tan dificil atrapar tu presencia?
Me pregunto...
Siempre tu silencio...
Siempre tu ensueño...
Siempre tu paz.

Es tan dificil atrapar tu presencia...
me queda tu mirada
que se esfuma al atardecer.

He revuelto algunos papeles esta noche, buscando algún documento de urgencia para entregar mañana a primera hora y, una nota del pasado ha saltado a mis manos junto a una fotografía. La transcribo tal y como ella me la escribió. La transcribo para atar un cabo suelto. La transcribo para liberar un pesar.  ¿La fotografía? Lo siento, la fotografía no la puedo compartir.

"Atiéndeme!
Antes de morir
de cualquier manera
que hayas escogido
yo te miraré a los ojos;
yo que destruirte no puedo,
te haré penar
por el resto de la humanidad;
porque cuanto te mire
sabrás que fuiste injusto,
entenderás que éste,
mi destino
fue una equivocación
y por suerte...
... te pesará."

(¿Hoy?... hoy soy de otro sentir)

    Cada poro de mi piel se abre, se extiende para que mi cuerpo absorba como esponja, el aire cargado de música, aromas, colores, pasiones, luces, emociones y deseos.

Mi sangre se agita, burbujea, hierve entre tus brazos; tu cintura entre mis manos tiembla, palpita mientras me envuelve la fragancia exquisita de tu cuerpo. Mis ganas se alimentan de tu respiración, cada vez más agitada y más cercana a mi cuello; disfruto tu cabello deslizándose en mi rostro, para de vez en cuando, catarlo, besarlo, saborearlo.

Tu mejilla es una delicia adherida a la mía. Mis manos ciñen tus caderas voluptuosas, cálidas, sensuales, mientras tu vientre pegado al mío, mantiene un ritmo cadencioso que estremece cada celda de mi piel. Puedo sentir cómo afirmas tus brazos sobre mis hombros, al tiempo que te respondo apretándote a mi cuerpo. Avanzo con mi pierna entre tus muslos; una vuelta, otra más... un roce en tu cuello... un giro a la derecha, tus dedos que juegan en mi cuello... otra vuelta... cada paso es un movimiento de excitación.

¡Amo Bailar!!!